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Hoy vamos con una fotografía de esas que tanto nos gustan de los años 70. Por desgracia no puedo precisar el año, aunque con toda seguridad pertenece a la segunda mitad de la década. Por recorrido me encaja incluso que sea del año 1981, aunque se supone que es anterior… complicado de averiguar. Ver estudios históricos de itinerarios para comprender mejor lo que estoy diciendo.
Se trata de la procesión de la burrina, en un domingo de Ramos que parece desapacible, llegando a la Plaza de San Juan desde San Pedro (por aquél entonces salía del asilo de ancianos del paseo de Cánovas). 
Detalles muy interesantes: el cartel de Victoria Seguros, donde hoy está Mostazo, el pavimento bastante descuidado, y el acerado que por entonces tenía la Plaza de San Juan. Al fondo de la imagen, viniendo desde la calle San Pedro, se observa el antiguo paso de la burrina.
Lo que no ha cambiado es la masiva presencia de los niños y del público en este entrañable desfile.
¿Alguien se atreve a proporcionar una fecha argumentara y fiable para la imagen?

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Cofradía de los Ramos. Procesión de la burrina

La procesión de la burrina se celebra desde el Domingo de Ramos de 1946, 14 de abril por más señas, y conservó su itinerario inicial sin variaciones durante los primeros años de vida de la corporación:

Itinerario 1946-1958

San Juan, Gran Vía, Plaza Mayor, Gabriel y Galán, Duque, Plaza Mayor, Pintores, San Juan, San Pedro, Donoso Cortés, Sergio Sánchez y San Juan.

Destaca en este curioso recorrido el giro de ida y vuelta que hacían en la Plaza Mayor (salían por una calle para volver a entrar por la otra, rodeando la Plaza del Duque) y también la vuelta “de propina” que el cortejo daba al llegar por primera vez a San Juan, pasando por delante del templo y continuando hacia Donoso Cortés y Sergio Sánchez.

A partir de 1959, el itinerario de la procesión cambia por completo, abandona el casco viejo y se alarga notablemente:

Itinerario 1959 – 1964

San Juan, San Pedro, San Antón, Avenida de España, paso por delante del Hospital, bajada de Casas Baratas, San Antón, San Pedro, San Juan, Pintores, Moret, Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor (Tribuna), Pintores y San Juan.

Tras la subida desde San Antón la cofradía continuaba por la acera del edificio del cine Norba -lo siento… nunca sé cuáles son los pares y los impares- y giraba hacia la derecha en lo que hoy es la Fuente Luminosa (entonces todavía no existía, la fuente se construye justo en el año 1965 y hasta esa fecha lo único que había allí era la estatua a Muñoz Chaves) para continuar por la parte alta del paseo de Calvo Sotelo y pasar así por delante del Hospital Provincial Virgen de la Montaña.

Para que nos hagamos una idea de cómo era el escenario de la procesión en esa época, recurrimos a esta fotografía tomada desde el actual edificio donde está la redacción del periódico Hoy, donde se ve en su totalidad el tramo descrito:

Panorámica del Parque de Calvo Sotelo.
Foto del blog recuerdaconmigo.blogspot.com.es

A la izquierda (no sale en la foto) quedaría el hospital, enfrente vemos el cine Norba, y el parque con suelo de arena. La fuente luminosa todavía no se había construido; se observa la mencionada estatua de Muñoz Chaves en el margen derecho de la imagen.

La bajada por la actual «Cuesta de Hacienda» tampoco tenía el mismo aspecto que conocemos hoy,  tal y como comprobamos en esta magnífica fotografía:

1959, la burrina bajando la cuesta del hospital.
Foto del archivo de F.Montes.

Las disposiciones posteriores al Concilio Vaticano II obligan a remodelar el aspecto de algunos templos (entre otras muchas cuestiones) despojándolos de ornatos y limitando la presencia de imágenes a las que dar culto. En este contexto, el conjunto escultórico de la burrina abandona la parroquia de San Juan y se guarda en los almacenes de la cofradía. La salida de la procesión se traslada al asilo de ancianos “Mi Casa”, que estaba situado en el paseo de Cánovas (actual edificio de las Hermanitas de los Pobres). El desfile, a partir del año 1965, cambia por tanto su itinerario y queda de la siguiente manera:

Itinerario 1965- 1973

Avda de España, San Antón, Parras, San José, Zurbarán, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan.

Este era el itinerario oficial, aunque se producen algunas salvedades por ejemplo por culpa de la lluvia (en 1971 el desfile acorta y se recoge directamente en San Juan por la amenaza de mal tiempo). Encontramos otra excepción en 1974, debido a que ese año TVE retransmitió en directo tanto la procesión del Domingo de Ramos en Cáceres, como los actos litúrgicos que la rodeaban. Por este motivo, y para cuadrar horarios, se diseña un «nuevo» desfile que excepcionalmente ese año saldría del templo de San Juan y bajaría por Gran Vía hasta la ermita de la Paz. Allí tiene lugar un solemne acto de bendición de palmas presidido por el Obispo Llopis Ivorra. Después el cortejo continuaría por el Arco de la Estrella hasta la concatedral de Santa María, desde donde también se televisó íntegra la Santa Misa.

Itinerario 1974

San Juan, Gran Vía, Plaza Mayor, Arco de la Estrella, Plaza de Santa María.

Conservamos uno de los escasos testimonios gráficos de aquella histórica visita de la burrina a la concatedral:

La procesión de la burrina en la plaza de Santa María de Cáceres, año 1974
Domingo de Ramos de 1974, la burrina llegando a la Plaza de Santa María.
Foto del Periódico Extremadura 

Otro interesante testimonio gráfico de la procesión de la burrina en aquellos años (por desgracia sin poder precisar la fecha) lo recogemos en este otro artículo: fotografía de la burrina en los años 70.

Itinerario 1975 – 1980

Avda. de España, San Antón, San Pedro, San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan.

Tras el paréntesis forzado por la televisión pública, en 1975 la procesión vuelve  al asilo del paseo de Cánovas, aunque en esta ocasión recorta notablemente parte de su itinerario. En lugar de recorrer hasta el final la calle Parras y la calle San José (para dar la vuelta por Zurbarán), la cofradía decide aliviar el esfuerzo de los cada vez más escasos hermanos que acudían a la procesión por aquella época. El cortejo opta por la vía de acceso más directa a la Plaza de la Concepción: San Pedro, San Juan, Pintores y Moret.

Para 1981 estaba previsto este mismo recorrido, pero unas gotas de agua sorprenden al desfile y la cofradía decide resguardarse en el templo en el primer paso por San Juan. Este sería el último año en que la burrina saldría del paseo de Cánovas.

Itinerario 1981

Avda de España, San Antón, San Pedro, San Juan.

En 1982 la cofradía ha de buscar un nuevo emplazamiento, ya que el asilo de ancianos fue derribado para construir en su lugar el moderno edificio de las Hermanitas de los Pobres, cuyas obras se prolongaron durante casi dos años y se inauguró el día 19 de marzo de 1984. La corporación optó entonces por volver al templo de San Juan, pese a las dificultades que ello le ocasionaba, y de esta manera la burrina estuvo saliendo de su parroquia durante ocho años.

Itinerario 1982 -1989

San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Playa Mayor, Pintores y San Juan.

Hemos hablado de que salir de San Juan el Domingo de Ramos acarreaba grandes problemas a la hermandad. Nos detenemos brevemente a explicar este punto, porque es clave para entender el porqué de los recorridos (muy cortos) y los extraños horarios de salida que tuvo esta procesión durante bastante tiempo.

La procesión de la burrina arrastró durante muchos años un conflicto con el horario de la parroquia de San Juan. El párroco celebraba misa a las 12:30 del Domingo de Ramos, y obligaba a la cofradía a sacar a la procesión a las 11:00 para poder recogerla a tiempo, ya que él consideraba que la misa debía ser el acto central y cierre de la celebración en tan señalada fecha. Esto provocaba no solo que la procesión tuviera que salir demasiado temprano, sino que lo hiciera por un recorrido bastante corto y con menos lucimiento (mayor velocidad) de la deseable. Las quejas, sobre todo entre los hermanos, eran constantes, y las peticiones de cambio de horarios eran constantes. Este problema se solucionó en parte cuando el párroco comenzó a celebrar la misa a las 13:30, pero desapareció definitivamente cuando a partir de 1990 la cofradía consigue permiso para salir de la sede de ACISJF, ubicada también en la Plaza de San Juan. Esto permite ampliar el horario y el recorrido de la procesión, y dotar a esta de mayor esplendor y vistosidad. El itinerario, que desde entonces sigue vigente, se adentra en la parte antigua y recorre los puntos más emblemáticos de la semana de Pasión cacereña: calle Pizarro, Plaza de Santa Clara, adarves, Arco de la Estrella… el regreso al templo se realiza por la vía más corta: Plaza Mayor y Pintores.

Pese a que la cofradía se recoge oficialmente en el templo, el paso de la burrina continúa en desfile unos metros más arriba porque también debe resguardarse en ACISJF. De esta manera el itinerario vigente hasta nuestros días queda como sigue:

Itinerario 1990 – 2015

Plaza de San Juan (sede de ACISJF), San Pedro, Donoso Cortés, Pizarro, Soledad, Santa Clara, Puerta de Mérida, Adarves, Arco de la Estrella, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

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Cofradía de los Ramos. Procesión del Cristo de la Buena Muerte y la Virgen de la Esperanza

Se trata este de un desfile tradicional en nuestra Semana Santa que siempre ha estado ubicado en el Miércoles Santo (salvo alguna excepción que veremos más adelante) y que, como todas las procesiones de esta cofradía, ha contemplado numerosos cambios de itinerario a lo largo de su historia.
Esta procesión comienza a celebrarse en el año 1946 con el siguiente itinerario:
Itinerario 1946-1948:
San Juan, Sergio Sánchez, Pizarro, Soledad, Santa Clara, Puerta de Mérida, Adarves, Arco de la Estrella, Plaza de Santa María, Tiendas, Cuesta del Maestre, Caleros, Santiago, Camberos, Muñoz Chaves, Duque, Gabriel y Galán, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.
 
Un recorrido bastante largo e inconcebible en la actualidad. La bajada desde la Plazuela del Socorro hasta Caleros por la Cuesta del Maestre la utilizaban también otras cofradías de la época e incluso algunas Procesiones Magnas. En aquél entonces, esta calle apenas tenía escalones ni barandillas centrales como conocemos hoy.
Al incorporarse tres años más tarde el paso de la Virgen de la Esperanza, realizado en madera de nogal pero con un novedoso palio, la cofradía decide suprimir el paso por los estrechos adarves, y adentrarse en la parte antigua únicamente por el Arco de la Estrella, Santa María y la calle Tiendas. Este es el itinerario que perduró durante toda la década de los 50:
Itinerario 1949-1959:
San Juan, Gran Vía, Plaza Mayor, Arco de la Estrella, Santa María, Tiendas, Plazuela del Socorro, Zapatería, Plaza del Duque, Gabriel y Galán, Plaza Mayor y San Juan.

El Cristo de la Buena Muerte tras cruzar el Arco de la Estrella en dirección a Santa María.
(Foto del archivo de F. Montes)
Como anécdota, debemos señalar que el Miércoles Santo de 1959 la procesión no pudo celebrarse por causa de la lluvia, y lo hizo con normalidad en la mañana del Viernes Santo. Hoy día este tipo de decisiones son impensables. En este punto de nuevo el tamaño del paso de la Virgen de la Esperanza condiciona el itinerario de este desfile. En 1960 se estrenan las extraordinarias andas de alpaca plateada ejecutadas en el taller de Manuel Román Seco (las mismas que procesionan en la actualidad, aunque sufrieron una profunda reforma estructural en el año 2005), y la cofradía cambia por completo el recorrido, que quedaría ligado por mucho tiempo al barrio de Busquet. No era factible ni seguro intentar cruzar bajo el Arco de la Estrella  con el nuevo paso, de mayores dimensiones que el anterior. Así queda el itinerario:
 
Itinerario a partir de 1960:
San Juan, San Pedro, Parras, Plaza Obispo Galarza, San José, Santa Gertrudis, Plaza de Toros (o Delicias parte baja), General Margallo, Sancti Spíritu, Duque, Gabriel y Galán, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.
Podemos comprobar que los recorridos entonces eran mucho más largos que ahora. La procesión en esta época llegaba hasta la parte baja del barrio de San José y daba la vuelta de 180º en la Plaza de Argel hacia la calle del General Margallo, que recorría íntegra en sentido descendente. Este recorrido tenemos constancia documental de que se mantiene como mínimo hasta el año 1966. Del Martes Santo de este año data el siguiente recorte de prensa que adjuntamosRecorrido Virgen de la Esperanza 1966, Cáceres

Se produce una excepción en el año 1964, en que la cofradía cambia el itinerario por este otro (no hemos podido encontrar documentación acerca de los motivos de esta modificación):

Itinerario 1964:

San Juan, Defensores del Alcázar, Plaza Mayor (por la ermita de la Paz), Gabriel y Galán, Plaza del Duque, Sancti Spíritu, General Margallo, Jose Antonio Primo de Rivera, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan. 

A finales de la década, el recorrido por el barrio de Busquets vigente desde 1960 se iría recortando paulatinamente con dos ligeras variaciones. En primer lugar girando hacia la derecha por la calle Barrio de Luna y Barrio Nuevo hasta la Plaza de la Concepción, y accediendo a la Plaza por el lateral (calle General Ezponda) en vez de por Gabriel y Galán.

Itinerario 1969: 
San Juan, San Pedro, Parras, Plaza Obispo Galarza, San José, Barrio de Luna, Barrio Nuevo, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan. 

…y al año siguiente con un recorte similar, pero haciendo el giro unos metros antes, desde la calle San José a Zurbarán, para desembocar igualmente en la parte alta Plaza de la Concepción. Desconocemos el dato exacto del año en que se introdujeron estos dos últimos cambios en el recorrido.

Itinerario 1970: 
San Juan, San Pedro, Parras, Plaza Obispo Galarza, San José, Zurbarán, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan. 

En el año 1971, ante la escasez de hermanos y el riesgo de la lluvia, la procesión sale de San Juan, baja por la Gran Vía, da la vuelta a la Plaza, y regresa al templo por la calle de Pintores. Se moja levemente, pues comienza a lloviznar al paso por la plaza. Este fue un año de climatología muy adversa en fechas de Semana Santa.

Itinerario 1971:
San Juan, Gran Vía, Plaza Mayor (vuelta por la Paz), Pintores y San Juan.

Y tras este experimento la cofradía recorta definitivamente el itinerario de esta procesión y renuncia durante dos décadas a la calle Parras y San José. Eran los años más duros de la crisis de hermanos de carga en la Semana Santa de Cáceres. La opción elegida fue llegar hasta la Plaza de la Concepción por la vía más corta (Pintores hacia abajo, y Moret) y después discurrir por el entorno de Santo Domingo, Ríos Verdes y Sancti Spiritu.

Itinerario 1972 – 1993/1994:
San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, Santo Domingo, Ríos Verdes, Sancti Spíritu, Plaza Duque, Gabriel y Galán, Plaza Mayor, Pintores, San Juan.

La Virgen de la Esperanza en el giro de la calle Moret el Miércoles Santo de 1982.

La existencia de numerosos carteles y letreros comerciales en la calle Moret -que entorpecían el discurrir del palio- junto con la masiva presencia de público en esta estrecha zona, hicieron a la cofradía volver mediada la década de los 90 (año 1993 o 1994, no he encontrado con exactitud el dato) al itinerario anterior de la década de los 60. Esta es la alternativa que continúa vigente hasta nuestros días.

Itinerario 1993/1994 – 2013: 
San Juan, San Pedro, Parras, Plaza Obispo Galarza, San José, Zurbarán, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan. 

Esta era la tercera vez que el palio de la Esperanza condicionaba el recorrido de esta procesión. Además, como vimos en un capítulo anterior, la calle Moret también obligó pocos años más tarde a otro paso de palio, la Virgen de la Misericordia, a cambiar el itinerario de su procesión por los mismos motivos. La historia siempre se repite, y hay que conocerla.

El actual itinerario de la Virgen de la Esperanza presenta una dificultad que ha condicionado varias veces la configuración del desfile y las decisiones de su Junta Directiva cuando ha amenazado la lluvia. Una vez que la procesión gira desde San Pedro hasta la calle Parras, ya no hay atajos ni regreso posible para los pasos. Se trata de una calle muy larga y sin travesías en su margen derecha (ni Alzapiernas ni Felipe Uribarri permiten el paso de una cofradía) así que una vez que la procesión la encara no queda más remedio que continuar hasta el giro de 180º hacia la calle Zurbarán, primera  vía de escape y precisamente el punto más alejado del templo de todo el itinerario. Resumiendo: que en caso de lluvia no hay escapatoria posible.
Esta circunstancia ha obligado a la cofradía, cuando el Miércoles Santo amenazaba lluvia, a improvisar una alternativa consistente en salir hacia Pintores, llegar hasta la Plaza Mayor y subir por la Gran Vía, o bien hacerla en sentido inverso. Como en 1971.
La historia siempre se repite.

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Cofradía de los Ramos. Procesión del Perdón

En este capítulo vamos a diseccionar otro de los desfiles que más variaciones históricamente ha sufrido en su recorrido, y que a mí personalmente me parece muy interesante por cuanto se concibió originalmente para rellenar una fecha libre de nuestra Semana Santa y no tanto para dar culto público a una imagen concreta. De hecho, en poco más de medio siglo ya son cuatro las imágenes distintas que han procesionado en este cortejo: dos Crucificados, una Virgen y un Nazareno reconvertido en Cautivo. Me refiero a la procesión del Perdón, de la cofradía de los Ramos. La talla que más veces ha participado en ella, y la que inauguró el primer desfile en 1952, es la del Cristo de la Buena Muerte, que ya procesionaba con anterioridad en la jornada del Miércoles Santo, y que por supuesto sigue haciéndolo en la actualidad.

Lo primero que debemos hacer con esta procesión del Perdón es contextualizarla, pues sus orígenes son bastante azarosos y su desarrollo, al menos durante los primeros años, resulta complejo y harto cambiante.

La cofradía de los Ramos se erige en el año 1946, en una época en la que en Cáceres no existían procesiones de Semana Santa hasta el Jueves Santo. Uno de los primeros propósitos de la cofradía de los Ramos es llenar este «vacío procesional», logro que va consiguiendo primero con el desfile de la burrina el Domingo de Ramos, y después con el Cristo de la Buena Muerte en la noche del Miércoles Santo -la Virgen de la Esperanza no se incorporaría a esta procesión hasta 1949-. Pero la Semana Santa cacereña todavía tenía libres los días del Lunes y Martes Santo, y la cofradía de los Ramos persistía en su intención de solucionarlo.

En 1951 se encarga al escultor madrileño Monreal la ejecución de un nuevo conjunto escultórico, que representaría la escena del Perdón de Jesús a Santa María Magdalena. La intención de la cofradía era procesionar este paso del Perdón de la Magdalena en la tarde-noche del Lunes Santo. Así estaba anunciado y previsto para la Semana Santa de ese año. Sin embargo, cuando la cofradía recepcionó la obra la decepción fue unánime: no gustó su hechura en absoluto, y fue devuelta a su autor. La procesión del Lunes Santo se suspendió, hecho que además coincidió con la fundación de la cofradía del Cristo de las Batallas que también eligió para procesionar ese mismo día.

Tras este jarro de agua fría, la cofradía llegó incluso a pedir un nuevo boceto del paso al escultor Víctor de los Ríos, pero finalmente la idea se quedó aquí y nunca llegó a concretarse. Al menos queda para la historia una fotografía de aquel boceto del escultor de Santoña:

Boceto del paso del Perdón de la Magdalena, obra de Víctor de los Ríos. Archivo de la cofradía.

Los planes de la cofradía para la procesión del Perdón se trasladan, por tanto, hacia el Martes Santo, única jornada que quedaba libre, y en la que quedaría definitivamente ubicada a partir del año 1952. La decisión de la hermandad, como ya hemos dicho al principio, fue la de procesionar el Martes Santo a su titular, el Cristo de la Buena Muerte, bajo la advocación de Cristo del Perdón, y hacer estación de penitencia a la cárcel para liberar un preso. Y así es como ve por fin la luz la procesión que nos ocupa.

Repasemos sus itinerarios y diversas configuraciones a lo largo de estas seis décadas:

Desde el año 1952 hasta el año 1962, la procesión del Cristo del Perdón bajaba por la calle Peñas y el barrio de San Blas hasta la Prisión Provincial, situada en la calle Héroes de Baler. Era la opción más lógica y más corta.

Itinerario 1952 y 1954-1959

San Juan, Gran Vía, Plaza del General Mola (actual Plaza Mayor), Gabriel y Galán, Plaza del Duque, Muñoz Chaves, Peñas, San Blas y Héroes de Baler. Ceremonia de liberación en la cárcel, y regreso por el mismo itinerario en sentido inverso.

Itinerario 1953

San Juan, Gran Vía, Plaza del General Mola (actual Plaza Mayor), Gabriel y Galán, Plaza del Duque, Muñoz Chaves, Peñas, San Blas y Héroes de Baler. Ceremonia de liberación y regreso por Ronda del Cementerio (actual Paseo de las Delicias), Plaza de Argel, Jose Antonio (actual calle Barrio nuevo), Plaza Mayor y Pintores.

Itinerario 1960-1962

San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, Santo Domingo, Nidos, Plaza de las Canterías, San Blas, Carretera de Monroy, Prisión Provincial (Ceremonia de Liberación del preso), Carretera de Monroy, Peñas, Muñoz Chaves, Plaza del Duque, Plaza del General Mola (actual Plaza Mayor), Pintores, San Juan.

En 1952 procesionó la imagen del Cristo en solitario. En 1953 la comitiva regresó por el paseo de las Delicias (cuesta del cementerio) hasta la Plaza de Toros, y desde ahí por la calle Jose Antonio (actual Barrio Nuevo) hasta la Plaza Mayor, Pintores y San Juan. Desconocemos los motivos de esta variante. También ese año de 1953 fue el primero en que procesionó junto al Cristo del Perdón la pequeña imagen de la Virgen de la Merced, una imagen de Gloria y de pequeño tamaño, realizada en escayola, que era propiedad de la Prisión Provincial.

En 1960 la cofradía recibía en donación una nueva imagen de crucificado, adquirida en Madrid (probablemente en los populares talleres de Santa Rufina). Se trataba de un Cristo articulado y de escayola, que empezó a procesionar el Martes Santo de ese mismo año y que solo lo hizo en cuatro ocasiones debido a los problemas de logística que acarreaba el tener que utilizar el mismo paso con dos imágenes diferentes -con sus respectivos montajes y desmontajes- en dos días consecutivos. A partir de 1964 este crucificado fue sustituido de nuevo por la imagen del Cristo de la Buena Muerte, y la cofradía se lo regaló a una parroquia del sur de Madrid.

Antiguo Cristo del Perdón.
Fotografía del archivo de F. Montes.

En 1963 el desfile se recorta por la lluvia sobre la marcha (rodeando la Plaza del Duque y volviendo por la Plaza Mayor), y ya no volvería a bajar nunca más hasta la cárcel. Los cambios en los regímenes judiciales, junto con la longitud del recorrido y la ya acuciante escasez de hermanos provocaron que la cofradía tuviese que plantear esta procesión de otra manera:

Itinerario 1964

San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, Santo Domingo, Margallo, Sancti Spíritu, Camberos, Muñoz Chaves, Plaza del Duque, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

Itinerario 1965-66

San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, Sancti Spiritu, Nidos, Plaza de las Canterías, Peñas, Muñoz Chaves, Plaza del Duque, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

En 1966 la cofradía mantiene su itinerario, pero la configuración del desfile cambia por completo. Se decide convertirlo en un vía crucis, con la celebración de las 14 estaciones en distintos puntos del recorrido.

 

Dejamos un recorte de prensa del Lunes Santo de 1966, con el itinerario y la configuración de las estaciones del Vía Crucis en el mismo:

Recorrido Procesión del  Perdón (Cáceres) en 1966

En el año 1967 encontramos una gran novedad en el itinerario de este desfile, ya que discurre por el entorno de las Casas Baratas, Plaza de Italia y demás, si bien mantenía su horario de salida a las 20 horas. Se trataba de una propuesta personal del párroco de San Juan, Don Manuel Vidal Carrasco, que pretendía utilizar las calles aledañas a su parroquia como marco procesional. Sin embargo el recorrido no gustó en la hermandad y nunca se volvió a repetir.

Itinerario 1967

San Juan, San Pedro, San Antón, Sánchez Herrero, Alfonso IX, Ceres, Segundo Pérez, Plaza de Italia, Peña Redonda, Barrio de Luna, José Antonio (actual Barrio Nuevo), Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

En 1968 se volvió a plantear cambiar la procesión por un Vía Crucis, y para ello se eligió el siguiente itinerario:

Itinerario 1968

Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, Santo Domingo, Ríos Verdes, Sancti Spiritu, Plaza del Duque, Gabriel y Galán, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

Era bastante más corto que el anterior, y conservaba intacta la última parte (el acceso de vuelta a la Plaza Mayor por Sancti Spíritu y Plaza del Duque). La diferencia estriba en que antes se llegaba hasta ese punto por la calle Nidos tras visitar la Audiencia, y ahora lo hacen por el recorrido más directo: Moret, Concepción y Santo Domingo. En el año 1969, más cambios. Se establece por fin un itinerario fijo y clásico a través de la Ciudad Monumental, que daría estabilidad y personalidad propia a la procesión del Perdón durante casi tres décadas, con algunas excepciones que mencionamos a continuación:

Itinerario 1969-2006

San Juan, San Pedro, Donoso Cortés, Pizarro, Soledad, Santa Clara, Puerta de Mérida, Adarves, Arco de la Estrella, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

Hay que reseñar que en el año 1974 la cofradía tiene previsto realizar el siguiente recorrido:

Itinerario previsto 1974

San Juan, San Pedro, Donoso Cortés, Pizarro, Soledad, Santa Clara, Ancha, San Mateo, Cuesta de la Compañía, Plaza de San Jorge, Santa María, Arco de la Estrella, Plaza Mayor, Pintores y San Juan.

Este novedoso itinerario nunca llegó a celebrarse porque la procesión ese año se suspendió por la lluvia. Además, en 1979 la procedió tuvo que darse la vuelta por la calle Sergio Sánchez, apenas unos minutos después de haber salido, sorprendida por otro chaparrón. En el año 1980 la cofradía modifica improvisadamente su recorrido ante la escasez de hermanos de carga, y opta por una alternativa mucho más llevadera:

Itinerario 1980

San Juan, Pintores, Moret, Plaza de la Concepción, General Ezponda, Plaza Mayor, Pintores, San Juan.

En el año 1994 una intensa lluvia sorprendió a la procesion del Perdón por el adarve.
Foto: G. Sellers de Paz.

El paso por los adarves no era una novedad en la cofradía, ya que ese era el trayecto que utilizó en los tres primeros años (1946, 1947 y 1948) de la procesión del Miércoles Santo, cuando procesionaba en solitario el Cristo de la Buena Muerte. Debemos reseñar que en el año 1996 la cofradía recupera una antiquísima talla de Nazareno procedente del barroco salmantino, cedida por el obispado de Cáceres y hasta ese momento oculta en las dependencias de la concatedral de Santa María. Este vídeo recoge los momentos finales de la procesión de aquél año, que ya queda para los anales de la historia cofradiera cacereña:

Primera salida procesional de Nuestro Padre Jesús del Perdón, el Martes Santo de 1996.

Esta imagen procesiona como Ecce Homo con las manos atadas, bajo la advocación de Nuestro Padre Jesús del Perdón, y evita de esta manera que la Imagen Titular de la corporación tenga que salir dos veces en Semana Santa bajo advocaciones distintas.

Nuestro Padre Jesús del Perdón. Foto de la Guía Oficial de 2000.

 

Tal novedad no afecta al itinerario del desfile, que se mantiene intacto hasta el año 2007 en que la cofradía decide recuperar la ceremonia de liberación de un preso. Ello obliga a una nueva redefinición del itinerario de la procesión del Perdón. En esta ocasión el destino del cortejo es la Audiencia Provincial, de modo que el recorrido recupera estampas antiguas y queda de la siguiente forma:

Itinerario 2007

San Juan, Gran Vía, Plaza Mayor, Gabriel y Galán, Plaza del Duque, Muñoz Chaves, Plaza de la Audiencia, Luis Grande Baudesson, Plaza de las Canterías, Nidos, Ríos Verdes, Andrada, Santo Domingo, Plaza de la Concepción, Moret, Pintores y Plaza de San Juan.

Como vemos, es un itinerario muy similar al empleado en los años 1964, 1965 y 1966. Se recuperan calles por las que ya discurriera la cofradía en sentido inverso a finales de los 60, como la zona de Ríos Verdes, Santo Domingo y la plaza de la Concepción, y también coincide en sus primeros tramos con el primitivo itinerario que empleaba la cofradía para bajar hasta la prisión del barrio de Pinilla. Una especie de vuelta a los orígines, si se quiere llamar así.

En 2008 se modifica levemente este itinerario para bajar hasta la Plaza Mayor por Pintores en vez de por la Gran Vía:

Itinerario 2008-2011

San Juan, Pintores, Plaza Mayor, Gabriel y Galán, Plaza del Duque, Muñoz Chaves, Plaza de la Audiencia, Luis Grande Baudesson, Plaza de las Canterías, Nidos, Ríos Verdes, Andrada, Santo Domingo, Plaza de la Concepción, Moret, Pintores y Plaza de San Juan.

Pero los cambios no acaban aquí. En 2012 la cofradía de los Ramos decide dar un giro radical a este desfile y suprimir el acompañamiento musical, que en las últimas ocasiones recaía sobre la banda de romanos de la cofradía y la banda de CC y TT de Nuestro Padre Jesús Nazareno. De este modo el desfile del Perdón se transforma en un vía-crucis realizado en completo silencio. Buscando un itinerario más íntimo y con mayor recogimiento, acorde con el nuevo carácter de la procesión, la hermandad decide probar con éxito la calle Postigo, inédita en la Semana Santa cacereña (aunque transitada con anterioridad por la cofradía de la Salud en su vía-crucis de Cuaresma), que es la que sube desde la calle Gallegos (traseras de San Juan) hasta el Arco de Santa Ana, en lo más alto del adarve:

Itinerario 2012

Plaza de San Juan, Postigo, Arco de Santa Ana, Adarves, Arco de la Estrella, Plaza Mayor, Gabriel y Galán, Plaza Mayor, Plaza del Duque, Muñoz Chaves, Plaza de la Audiencia, Luis Grande Baudesson, Plaza de las Canterías, Nidos, General Margallo, Ríos Verdes, Andrada, Santo Domingo, Plaza de la Concepción, Moret, Pintores y Plaza de San Juan.

En 2013 vuelve a modificarse el itinerario para suprimir el paso por la Plaza Mayor y caminar únicamente por calles estrechas y recogidas. De este modo se enlaza desde los adarves con la Plaza de Santa María y se continua hasta la Plaza de la Audiencia por Tiendas, Godoy y Camberos. Una opción que todavía no ha podido verse en la calle, ya que este año 2013 la procesión hubo de suspenderse por la lluvia. El itinerario de la procesión del Perdón, vigente hasta la fecha, queda como sigue:

Itinerario 2013-2014

Plaza de San Juan, Postigo, Arco de Santa Ana, Adarves, Arco de la Estrella, Santa María, Tiendas, Cuesta del Socorro, Godoy, Camberos, Muñoz Chaves, Plaza de la Audiencia, Luis Grande Baudesson, Plaza de las Canterías, Nidos, General Margallo, Ríos Verdes, Andrada, Santo Domingo, Plaza de la Concepción, Moret, Pintores y Plaza de San Juan.

A raíz del paso de la cofradía por el postigo de Santa Ana en el año 2012, realizamos en este mismo blog el siguiente análisis y sugerencias de mejora para tan peculiar tránsito: Análisis del paso de la procesión del Perdón bajo el Arco de Santa Ana.

En el año 2015 la hermandad vuelve a modificar el itinerario de la procesión del Perdón. El motivo en esta ocasión es la imposibilidad de liberar ningún preso con las condiciones requeridas, algo que ya sucediera en 2014 poco antes de la S.Santa, sin margen para poder hacer cambios. La cofradía decide entonces suprimir la innecesaria bajada hasta la Audiencia Provincial, y sustituirla por una visita a la parroquia de Santiago. El resto del recorrido se mantiene intacto respecto a años anteriores. Este de 2015 supone el recorrido numero 13 (todos ellos distintos) que esta procesión realiza en 63 años de historia.

Itinerario 2015

San Juan, Postigo, Arco de Santa Ana, Adarve de Santa Ana, Adarve de la Estrella, Arco de la Estrella, Plaza de Santa María, Tiendas, Cuesta del Socorro, Godoy, Camberos, Muñoz Chaves, Plaza del Duque, Sancti Spiritu, General Margallo, Ríos Verdes, Andrada, Santo Domingo, Plaza de la Concepción, Moret, Pintores y San Juan.

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Me parece muy acertado el cambio de rumbo que la cofradía de los Ramos ha querido darle a la estación penitencial de Jesús del Perdón los días de Martes Santo.
Si la cuestión es recortar gastos y optimizar los recursos, creo que es una buena idea suprimir la banda de CC y TT de este desfile y darle un caractér de víacrucis y de silencio. Tanto el día (la cofradía del Cristo del Amparo procesiona esa misma noche también en silencio) como el recorrido y la liberación del preso encajan bien con esta filosofía. De paso, se termina de dotar a este desfile de una identidad propia, después de muchos años en los que la procesión del Martes Santo apenas tenía personalidad y no aportaba nada realmente nuevo. Recordemos cuando hasta el año 1995 todavía salía el mismo Cristo de la Buena Muerte en su advocación del Perdón el Martes Santo. Aplaudo, además, la valentía de una corporación que se atreve a introducir cambios drásticos y a intentar hacer las cosas de otra forma sin temores, algo que no se suele ver mucho por estos pagos.
Sin embargo, y pese a lo acertado de la iniciativa, siempre se pueden mejorar cosas. Es lógico, tratándose del primer año. A mí personalmente hay algunos detalles que me chocaron:
En primer lugar, si vestimos de silencio a una estación penitencial, hay que hacerlo con todas las consecuencias. Aquí daba la impresión de que el silencio era un poco a medias. Los hermanos hablaban (en voz bajita) y los niños… nunca van a dejar de serlo. No me negarán que queda bastante rara una procesión de silencio en la que todo el mundo va con la cara descubierta. No digamos ya una procesión de silencio en la que desfilan niños a cara descubierta. Y además en Cáceres no estamos todavía acostumbrados a que las estaciones penitenciales de silencio que discurran durante a la luz del día, aunque esto será más un problema de educación cofrade que otra cosa.
También fue muy comentado el paso por el postigo y bajo el Arco de Santa Ana. He oído alabanzas y críticas por igual, como siempre que en Cáceres alguien intentar hacer cosas nuevas. A mí el recorrido me gusta mucho, y se ha demostrado que es perfectamente viable. Sin embargo, me pareció que el paso bajo el arco podía haberse coordinado mejor.

En primer lugar, se veía que la cofradía tenía muy bien ensayada la maniobra, y por ello quizá resultó excesiva la cantidad de hermanos arremolinados a la salida del arco. Me pareció innecesario. Hay que dejar el espacio mucho más limpio, tanto por lucidez del cortejo como por facilidad para la operación.

Luego está el eterno problema de la colocación del público, un aspecto que en Cáceres se cuida poco. No sé si es culpa de las hermandades o de la policía o de la UCP, pero el caso es que año tras año vemos gente que se coloca en lugares estrechos y problemáticos, y nunca se hace nada. Nos pasamos la pelota unos a otros para quedarnos al final con el «es que eso no se puede controlar», que es muy cómodo. Como en cualquier problema de coordinación, supongo que todos tendrán su pequeña parte de culpa. Yo digo que, si se quiere y se toma en serio, la cuestión se puede controlar.

En el caso que nos ocupa, el público se colocó al borde de la plazuela formando una fila de pared a pared, como en cualquier otro cortejo que viniera desde el principio del adarve (parte izquierda de la foto). Pero en esta ocasión el paso encara el adarve en perpendicular, y por tanto hay que dejar mucho más espacio, como mínimo hasta la mitad de la plazuela, para que haya holgura. De este modo evitamos la avalancha que se produce al tener que echar para atrás dos metros a toda la gente, de manera improvisada y con el consiguiente deslucimiento de una estación, recordemos, que pretende ser de silencio. Peso a estos pequeños inconvenientes, repito, la maniobra salió bastante limpia y hay que felicitar a la hermandad y al jefe de paso por ello.

En el siguiente gráfico indicamos en color rojo la línea donde estaba situado el público, y en azul la línea donde tuvo que situarse poco antes de asomar el paso por el arco (y donde debería haber estado desde el principio):

Adarve, Postigo y Arco de Santa Ana (Cáceres)
Resulta obvio -la longitud del paso es mucho mayor que el ancho de la calle- pero hay que tenerlo preparado de antemano. No parece muy difícil: basta con algunas vallas y un policía que controle el espacio con veinte o treinta minutos de antelación, como mucho.

Todo lo que comento se aprecia mejor in situ observando en ese lugar los 15-20 minutos de espera previos a la llegada del Señor. Si alguien no lo vio en directo, parte de la secuencia la recoge este vídeo del portal TuSemanaSanta.com, a partir del minuto 6:40:

En definitiva, con unos pocos detalles y algo de paciencia, en dos o tres años creo que la hermandad de los Ramos puede acabar de darle a esta estación penitencial un impulso notable, y culminar el buen trabajo que vienen haciendo desde hace ya bastante tiempo.

67 – Jesús del Perdón

Cuánto aprieta aquí la crueldad de una soga. La tuya, la más solitaria de las soledades encima de un paso. El cruce de esas manos, nuestra vida aburrida, callada y quieta. Ellas tejen el lienzo de tu resignación anónima. Tus hombros en tensión luchan contra la carga liberada, la cruz que te robaron para vestirte de Ecce Homo. Qué hermosa solidaridad con tus hermanos de abajo. Y las cejas fruncidas, y los ojos bañados en dulce esperanza abandonada… ¿adónde van? Los arrojas hacia el cielo de Cáceres que oscurece tras la audiencia. Y sin embargo ni tus manos, ni tus hombros, ni tus cejas ni tu ojos piden clemencia ni consuelo. No los necesita quien hizo de su vida entera esclavitud y derrota. Porque a ti, ¿a tí quién te libera, Jesús del Perdón?
Foto: A. Polo

50 – Bienvenidos a abril

Todo vino de repente. La noche nos arrinconaba amenazante, robándole una hora al espacio que la tradición le tiene asignado, y ciñéndose sobre nosotros como cruel espada de Damocles. Nadie lo expresaba de viva voz, pero quien más o quien menos andaba con la mosca detrás de la oreja. Aquél no era su lugar. Fueron la Soledad con su serena presencia y la Zapatona con su solemne sandalia las únicas que pudieron vencer en este duelo contra la sombra. La Esperanza hizo amago de intentarlo, pero muy pronto se arrepintió, media vuelta a trompicones. Ellas deben pisar la calle con la claridad del día, así lo narran los libros. El Señor de las Batallas, que de siempre ha tenido un corazón más rebelde que el de los demás, no cedió al capricho de los científicos que le echaron la noche encima. El Perdón quiso imitar su ejemplo al siguiente día, y también le dijo tururú al mes de marzo. Definitivamente, aquél no era su lugar.
Han pasado ya doce meses desde aquella semana tan extraña. ¡Niña ponte guapa, que llega de nuevo tu cumpleaños! Vete secando los sinsabores, despídete del martirio y olvida ya el secuestro infame del año pasado. ¡Corre y dale un abrazo a tu abril!
En este abrazo se resumen la espera y la frustración contenidas durante tanto tiempo. Regresa la Semana Santa para fundirse en las manos de su legítimo dueño, tras un fugaz paréntesis en el que marzo se hiciera el encontradizo y nos la tomara prestada sin permiso, remojándola con ensañamiento, vistiéndola con otras ropas y tiñéndola con otros colores. Esta sí vuelve a ser la rutina de cada cuatro estaciones, la nuestra, la verdadera, no el tocomocho, no la caricatura, no el sucedáneo burdo de la última vez.
No sabemos cómo la recordarán las crónicas, ni qué huella dejará en la historia, pero sí tenemos la certeza de que, para lo bueno y para lo malo, saldrá de adentro de los hombres. Y de adentro nacen también los remedios para los males que ellos mismos sembraron, abonaron y recogieron. Por fin, tras largos años de deambular apuñalando nuestra condición de hermanos, la Semana Santa parece que retorna, o mejor dicho, la reconducen, a ese remanso de cordialidad del que nunca debió salir. O por lo menos a las lindes del remanso, que ya es bastante si echamos la vista atrás y recordamos todo el barro que tuvimos que tragar últimamente -unos más que otros, bien es cierto. Quiera Dios que no se rompa el equilibrio y que este cuadro tan dulce no lo pintaran con el pincel de la farsa ni con la brocha gorda del espejismo. Que las malas lenguas se las contemos a nuestros nietos tan solo como noticia histórica. Ése debiera ser el acontecimiento más recordado de este ejercicio, con una consideración muy por encima del resto. Cualquier otra cosa, aun sin sorprendernos lo más mínimo, no significaría más que una nueva muestra de ombliguismo atiborrado por parte de quien o de quienes correspondan. Y es que estas pamplinas, vamos a decirlo claramente, nada más que le interesan a los veinte locos que estamos ahí pringando meses y meses. Al cofrade común todo esto le suena a chino. Pasa. No quiere polémicas ni historias raras, que además de no interesarle ni siquiera las entiende. Él lo único que quiere es coger su túnica, hacer su procesión, pum pum pum y pa casa. Ahí está el tío. Y luego vamos llorando de que si falta participación en los cultos, más presencia en las asambleas, más colaboración en el día a día de la hermandad… pero es que, viendo lo que se cuece internamente, yo a veces ya me cuestiono si no deberíamos tomar ejemplo de ese cofrade de a pie, y dejar definitivamente de aburrirnos a nosotros mismos.
El caso es que nuestra fiesta, enemiga de la sátira y tradicionalmente muy sensible a lo mordaz, tendrá que lidiar en 2009 con una densa sucesión de estrenos y efemérides. Estas novedades, además de disparar desde muy temprano el mercurio del termómetro capillita, van a permitir a las autoridades renovar un poquito su repertorio de saludas, prólogos y discursos varios, que ya estaban empezando a coger moho.
Alcaldes y alcaldesas, concejales y personalidades diversas, afortunados gobernantes de una población afónica y apocada en la mansedumbre, nos llena de orgullo y satisfacción poder contar con su apoyo, aunque sea cada doce meses y gracias. Los cofrades, de manera entrañable, solemos acordamos de ustedes por estas fechas, cuando el pico, la pala y la hormigonera acuden puntuales a su cita con la Ciudad Antigua. Seguimos rezándole a nuestros santos para que alguna vez pongan ustedes los medios, y no las zancadillas, para alcanzar todos los logros que pregonan. Seguimos rezándole a nuestros santos para que alguna vez traduzcan en hechos todas esas palabras que repiten con tanto entusiasmo (bla bla bla turístico… bla bla bla cultural… bla bla bla 2016…) porque, de lo contrario, lo que nos vamos a comer será un gran mojón de interés internacional, para admiración de todo el continente y también por supuesto del vecindario. Preste atención, mi querido visitante, si tiene usted idea de venir a Cáceres en Semana Santa, pues a continuación le vamos a explicar las maravillas y el interés turístico que podrá disfrutar en nuestra ciudad:
El tercer conjunto monumental de Europa, no pierda detalle, inmaculadamente levantado en obras con la llegada de cada primavera. Una hostelería bandolera, para degustar los productos de nuestra tierra a precios patrimonio de la humanidad. Balcones, plazas y callejas engalanadas con óxido dieciochesco, tres manos de pintura vieja y un sutil alfombrado de cáscaras y frutos secos. Las novedades de la moda en la pasarela cofrade para esta temporada: minitúnicas de antiquísima generación con caída hacia el suelo, vaquero asomadizo y bajomanga de Ralph Lauren; chicle de menta contra la sed y gafas de sol a juego completan el conjunto. Admire la rectilínea majestad de esta concurrida legión de capirotes, clónicos, erguidos, dejando patente ese gusto por los detalles que siempre nos ha caracterizado. Centuriones romanos con reloj de pulsera acorazado, o Casio digital sumergible. Silencio sepulcral en las procesiones (y en la ventanilla de las subvenciones). Hermanos de carga que hacen valer su jerarquía frente al jefe de paso, confundiendo mando y obediencia. Allí, soterrados bajo los varales, rechinan las blasfemias y los tacos procaces, tantos que si algunos párrocos los oyeran, encontrarían al fin motivos de sobra para seguir puteándonos como nos putean. Hombres hechos y derechos de trece años paseando con alegría a nuestros ídolos sobre sus vértebras de cristal. Espectacular iluminación artística con 125V de corriente alterna. El respetuosísimo público que manda callar con discreción a las bandas de música. Una no-votada clase política cebollera, que lo mismo un año reniega de la Semana Santa que al siguiente está en la comisión para tramitar el Interés Turístico Internacional. Figúrese usted, y no va con segundas lo de figurar, lo que aportarán en esa comisión los mismos nombres y apellidos que “por principios” se niegan a presidir un desfile en calidad de alcaldía. Por principios. Tenga esto bien presente, amigo visitante, cuando de boca de esos mismos escuche por ahí los cacareos de la capitalidad cultural y del interés turístico. Ni con zancos les llega para estar a la altura del evento. ¿Qué más tenemos? Una Semana Santa impermeable (nunca se moja), guerrillas subterráneas entre clanes y hermandades, celos y rencores por los siglos de los siglos, cofradías que por encima de la palabra de Dios proclaman la palabra de los juzgados… amigo turista, acérquese a nuestro templo sin vendas ni pudor, no se olvide ni un momento de prestar gran atención, y dígame cuando se marche, con la mano en el corazón, si no ha visto usted aquí lo mismo que he visto yo. Todo esto y mucho más lo vivirá en primera persona, distinguido huésped, si acude usted en vacaciones a esta noble tierra de los llanos. Bueno, o a lo mejor son cosas mías… que soy muy malpensado.
Con todo, la ocasión igualmente lo merece, así que no se quede en casa, no permita que se lo cuenten porque jamás sentirá el latido del bombo, no lo vea por la tele que es mentirosa y esconde lo que no le conviene, olvídese de Internet que los perfumes no caben por el cable, no lo lea en los periódicos porque… buf, los periódicos, mejor me callo. No busque intermediarios, abandone los tapujos y visite el museo donde la muerte es una obra de arte. Bienvenidos sean todos a Cáceres, herencia de los hombres. ¡Bienvenidos al templo de abril!
Bienvenidos a un imperio más allá de la Tierra, un imperio tejido con hilo pobre pero digno, que rebosa de solera, de cultura y de identidad propias. Bienvenida la calidez de sus gentes, orgullosa de ser de donde es, y bienvenida la gloria de haber crecido sin más ayuda que su fe y sus sudores. Un gran imperio con su túnica por bandera, con su himno de saeta, su laurel de madreselva, un escudo en cada torre, una historia incompleta, con sus guerras entre hermanos, las horquillas por espadas, sin más regente que su pueblo, parlamento de cofrades y de leyes heredadas.
Bienvenida sea la caída de la tarde, y adiós a la tarde caída, a la noche pronta, al amanecer antes de hora. Cada una en el lugar que le corresponde, justo, preciso, ni antes ni después. Así lo dicta abril. Bienvenidas las salidas con el cielo pálido, los tintes y colores como mandan los cánones. Bienvenidos muros modestos, anchos redobles, vastos silencios, quejumbres siniestras y estandartes en su majestuosa guardia. Bienvenida cigüeña temprana en tu nido de alta rama, pertinaz centinela estatuario, corona sigilosa para esta maraña de aljibes, callejuelas y campanarios.
Bienvenido tú, que para ser cofrade te sobran el traje, el orgullo y los delirios de grandeza. Bienvenido tú, espectador inadvertido, forastero que palideces ante la verticalidad colosal de las torres moras. Tus diez mil ojos acarician mi piel. Bienvenido tú, abuelo que te desangras con cada recuerdo que recompones. Bienvenido cargador, sólo tú sientes el vértigo de encarar esa cuesta cuando pasas junto al postigo de Santa Ana. Sólo tú sufres la penumbra de ahí debajo, donde el aire se vuelve irrespirable. Sólo tú conoces lo que duele esa Plazuela del Socorro. Sólo tú sabes lo que es dejarse la salud en cada bache, en cada alcantarilla, en cada calle desnivelada. Bienvenido amigo, amiga, internetero fanático, compañero ocasional, colega de fatigas, noctívago, mentor o ayudante fiel. Sin vosotros nada de esto tendría sentido.
Bienvenidos hermanos de la Sentencia y del Dulce Nombre, aquí culmina vuestro sueño. Este cofrade os envidia. Probablemente algún retorcido se atreverá a contemplaros de brazos cruzados y mirando al suelo. Sentid lástima por él y confiad en que, por turbias que bajen las aguas, jamás se pierda el respeto. Arrimad el hombro para que Cáceres no cambie de nuevo la miel por el veneno. Y procurad que las portadas y las noticias sean para el que va arriba, y no para el que va debajo, que de sinsentidos en esta selva ya estamos curados de espanto.
Bienvenido el clavel, la espina, el cardo y el abrojo, hiedras y tríbulos por igual. Bienvenidas las púas, trancos y astillas, los sonidos y aromas que solo nosotros sabemos apreciar. Bienvenido el Cáceres del viejo tiempo, Cáceres de los fueros, de los Ulloa y de Espaderos, de Becerra y Casa Quemada, de Moctezuma y Carvajal. Cáceres de Ovando y de Pereros, Cáceres de Rivera, de Godoy y de los Condes de Adaneros. Cáceres que enciende un relumbro como salutación de sus muertos. Cáceres de los linajes que viven en las paredes. Cáceres de los púlpitos, de las troneras, los matacanes y las almenas. Del pretil de las murallas. De la crestería de los Golfines. De las gárgolas en las Veletas. Bienvenidos patios y palacios, antorchas, lunas y escalones, palmeras, pedruscos y torreones. Un cristo que se desliza entre las casas de los comendadores. El incienso en ese lujo que se llama Plaza de San Jorge. Tracatrán, clán, vaivén de lao a lao, no subirse al bordillo, ¡yo aquí voy colgao! Bienvenidos la horquilla y el varal, ya sabéis que en esta casa podéis entrar sin llamar. Seguiréis siendo por siempre los brazos de nuestra cruz de guía. Bienvenida la ilusión que me traes, el quebranto y la tensión de incertidumbre. ¿Bienvenidos los palios? Me basta con el azul de tus días.
Bienvenida feroz máquina del tiempo, bienvenido rocoso túnel que nos conduce del árabe al romano, del almohade al visigótico, de la judería al plateresco, del veintiuno a cualquier otro siglo de nuestra era. Bienvenido escenario milenario que muchos ya para sí quisieran, pocos como tú presumen de haber visto más navidades que cualquier imagen que los recorriera. Bienvenidos Pintores, Hornos, Santo Domingo, Corredera de San Juan, Arco de la Estrella, Cuesta del Marqués, Plaza de la Soledad, Caleros, Adarves, Puerta de Mérida… ni carrera oficial ni ná.
Bienvenida Afrodita de occidente, jardín del arte, altar único de los que aman sus raíces. Bienvenida feria de los sentidos, carnavales de la fe, esencia del medievo, música de todo el mundo, capital de la Pasión, del vino y de las rosas. La que no distingue edades, géneros ni condición. A ver quién te discute aquí tu trono. Agradezco en el alma, te lo juro, el dolor de quien te pariera, si acaso fuera de este mundo. Te doy las gracias por este profundo enjambre de sensaciones que lo mismo me elevan que me hastían, desde aquel lejano día en que me cogiste de la mano y yo te dije que sí. Gracias por dibujarme tus memorias en esta cinta de Moebius de doce meses de diámetro; hay que joderse, lo bonito que lo pintas… ¡nunca he sabido si nos haces o te hacemos! Gracias por permitirme dar un sentido honesto a un concepto tan traicionero y manipulado como el de religión. Gracias un año más por haber venido a visitarme antes que San Pedro. Y gracias en nombre de todos los que reducen su universo a un palo, una vela y cuatro maderos.
Aquí estás otra vez, eterna, exacta, infinita. Y sigues viva; la prueba está en tu gente, que no se arruga, que sigue viendo, callando y trabajando. Todos ellos se merecen con justicia la más cordial de las bienvenidas, pues están a punto de concluir un viaje que siempre, siempre, se hace largo, y cuya distancia no la miden las hojas del almanaque sino la hondura de los recuerdos. Bienvenidos compañeros a la primavera, bienvenidos a abril, bienvenidos a la Semana Santa de Cáceres. Palabras Mayores.