Etiqueta: hermanos de carga
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Y como hermano de carga no se disfruta nada, al revés. A veces es hasta peligroso.
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Yo dejo una somera recopilación, pero aquí molaría mucho contar con las aportaciones de todo el mundo. Atentos:
Frases de los hermanos de carga
– No sus fiéis de las horquillas
– ¿Tú cómo vas?
– A mí el año que viene no me ven por aquí
– Este jefe de paso no tiene ni idea
– Ese de ahí delante va totalmente colgado
– Cámbiate tú con este
– Esto va a ser por la inclinación de la calle
– No podemos estar parando cada dos por tres
– ¿Dónde hacemos el relevo?
– Sujétame la horquilla un momento
– ¡Súbelo súbeloooo, que me he pillado el pie!
– Yo por debajo no cargo
– Señores, vamos a callarnos un rato
– Como esto siga igual en el próximo relevo me salgo
– Guárdame el sitio que voy a fumarme un cigarro
– ¡No andéis para atrás!
– Los de la banda no tienen ni idea
– Nos vamos a comer a los de alante
– El paso va cuarteao
– Cuidado con el cable
– ¡Niñooo, mete el hombro!
– Yo vengo a cargar, no a que me vean
– A ver, necesito dos tíos para el medio
– Pues a mí me acaba de caer una gota
– Ya llevamos las velas apagadas
– ¡Páralo aquí, hombre!
– Este año voy de calderilla
– A ver si nos tocan algo ya
– Este año vamos de pena
– Métete la horquilla entre las piernas
– ¡Bache!
– Te puedes echar para atrás si quieres
– Luego ya nos colocamos cuando salgamos
– ¿Han contado ya?
– Esto antiguamente nos lo hacíamos sin relevo
– Sujetad bien que se va a subir uno
– Lo mejor para cargar es la banda de los romanos
– Aquí lo que tenían que hacer es poner verduguillo
– Si es que no nos han colocado
– Yo cargo con el derecho que el otro hombro lo tengo machacao de ayer
– ¿Alguien tiene guantes de sobra?
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85 – Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño (III)
84 – Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño (II)
83 – Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño (I)
82 – Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño
Ante el comienzo inminente de este intensa y esperadísima serie audiovisual, podemos ir avanzando ya la siguiente relación de contenidos:
Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño
Capítulo I
– Darse la vuelta: Anatomía del movimiento
– Leyendas del botecito
– Corre corre que llegamos tarde
Capítulo II
– Burro grande, ande o no ande
– Ojo cable
– ¿Todos por igual?
Capítulo III
– Los que se mojan de verdad
– Al sur del sur : ¿Imitación o parodia?
– El observador observado
Enlaces:
Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño (Capítulo I)
Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño (Capítulo II)
Mentiras, tópicos y errores del cargador cacereño (Capítulo III)

81 – Calvario
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61 – Duele el varal
[Publicado originalmente en la cuaresma de 2008]
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De inmediato me asaltan a la memoria multitud de elementos que influyen de alguna manera en ese concepto tan subjetivo que es la estética en la Semana Santa. Si queremos estética por ejemplo podemos empezar por implantar el verduguillo como prenda obligatoria. Si queremos estética ya va siendo hora de prohibir sin medias tintas a los cofrades salir en procesión mascando chicle o con gafas de sol. Si queremos estética tendríamos que dedicar por ejemplo unos pocos minutos a revisar bien el calzado antes de salir, y unos muchos minutos a hacer ensayos. Si queremos estética, preocupémonos primero de que las túnicas no enseñen el bajo de los pantalones, o que sean todas del mismo color y no un muestrario de tonalidades. No podemos proclamar la estética si luego le plantamos un foco en toda la cara a la imagen, como sometida a un interrogatorio. ¡No podemos proclamar la estética si estamos permitiendo que los cofrades salgan a mear por la calle Pizarro y vuelvan por Santa Clara como si nada! Si queremos estética, pongamos más esmero en mimar los enseres y las andas, que también son patrimonio de la cofradía y algunos tienen más rayones que un R5. Si queremos estética en el desfile deberíamos vigilar muy seriamente el comportamiento de algunos miembros de bandas de música, y plantear por qué no se les exige el mismo orden que a los cofrades si están participando en la misma estación de penitencia. Si queremos estética ya estamos tardando en hablar con el ayuntamiento para que adecente las calles por las que transitan los desfiles. No sigo.
Resumiendo, si lo que nos preocupa en la Semana Santa es la estética, creo que muchas cosas habría que solucionar antes de señalar con el dedo al capital humano. Y llegados a este punto, cuando nos pongamos a alterar el orden de las cosas en aras de la estética, antes que a una mujer quítenme por favor al que viene a la carga con los aires subidos, al que racanea el esfuerzo y no mete el hombro cuando hay que levantar, al sabelotodo que se pasa el desfile corrigiendo, al hablador que me cuenta su vida, al quejica, o al enterao de todos los años. A esos sí que deberían mandarlos todos juntos al segundo turno, por no decir otro sitio con rima asonante.
Y doy por ahora dos argumentos. Primero, tenemos desde hace tiempo muchos pasos en Cáceres donde afortunadamente cargan hombres y mujeres juntos pero no revueltos y, oh sorpresa, el mundo ha seguido girando. No pasa nada. Y segundo, si Jesús bajara del paso y se metiera bajo el varal, aparte de ejemplarizar nuestro oficio (ser hermano de carga es mucho más que el título que dan al dolor de una llaga o a los sudores de una cuesta), pienso yo que lo último que haría sería mirar el sexo o de la condición del que trabaja junto a él. Eso solo se nos ocurre hacerlo a los cristianos, demostrando nuevamente lo bien que se nos da ser más papistas que el papa.
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Que si a ti te viste un rico
yo cargo con tu agonía,
con el hombro dolorido
y el corazón empeñao de por vida.
A.Bustos, 1998.