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A raíz de una conversación en Twitter con algunos hermanos, surge esta reflexión que me gustaría trasladar aquí a la web para que pueda opinar más gente.
La cuestión viene del reconocimiento unánime a la labor de los músicos y bandas en general, que además en mi opinión -y creo que no soy el único- son un colectivo particularmente infravalorado e incomprendido en nuestra ciudad.
En estas venía un hermano a apostillar que ojalá todos los aspectos que forman la Semana Santa tuvieran el mismo trabajo y dedicación que las bandas (espero que me perdone si no he usado la frase literal, pero el sentido era ese). Y yo, por supuesto, no puedo estar más de acuerdo. 
Pero creo que en Cáceres no es viable. Pienso que no es un problema de que no se quiera, sino de que no se puede.
Se me ha venido a la cabeza el ejemplo de los hermanos de carga. Yo soy el primero que defiende, y seguirá defendiendo, la celebración de ensayos y reuniones de los hermanos y jefes de paso durante buena parte del año. Pero seamos francos… ¿seríamos capaces de sostener ese compromiso multiplicado por los cinco, seis, ocho o hasta más pasos que sacamos muchos hermanos en Semana Santa?
Creo que en Cáceres hemos sido capaces de construir y consolidar una Semana Santa enorme con relativamente escaso material humano. No somos mucha gente en proporción a la cantidad de cofradías, pasos y eventos que se celebran a lo largo del año. Y en algunos aspectos, quizá, debamos asumir la renuncia a determinados procesos ideales para ser capaces de sostener y continuar con esto hacia delante. Es el precio que hay que pagar.

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10 thoughts on “221

  1. Pues yo creo que, a estas alturas, tal vez no sería necesario estar todo el año ensayando para sacar un paso, pero hacer ensayos sin duda que sí.

    ¿Acaso es imposible comprometerse a dos, tres o cuatro sesiones de ensayo con algunos pasos con los que se ha adquirido cierto compromiso personal y que tengan un relevo más o menos habitual?, todos sabemos que hay algunos con los que te identificas más que con otros de entre los cuatro o cinco o más que se portan durante la Semana Santa. Creo que eso ya supondría un gran salto de, llamémosle, «calidad». Y no lo veo ni mucho menos imposible. Tal vez sólo sea un asunto generacional y creo que debería empezar a trabajarse en un cambio de mentalidad que, por lo que veo, tal vez esté empezando a producirse.

    Y, sobre todo, debería haber unas sesiones de ensayo, o un «curso», o algo (aprovechando que ya se cuenta con libro de texto para ello) para los nuevos hermanos en el seno de las cofradías. A lo mejor así ciertas cosas sí empezarían a ser posibles. Pero ojo, no hablo de catequesis, si no de iniciación al «oficio».

  2. Yo lo puedo ver de dos maneras:

    La primera sería la más sensata, aun a riesgo de caer en favoritos y no favoritos, y es renunciar a tres o cuatro cofradias por personas. Es decir, a conciencia del propio hermano de carga, quedarse con una o dos cofradias a la que dedicarle toda la semana santa (ya sea como representante, cargador, escolta o fotografo). Ni que decir que tambien se pueden estar en cinco o seis pero solo cargando uno o dos. A partir de ahi, llega la hora de formar cuadrillas de hermanos de carga. Está claro que el compañerismo que hay en las cofradias de la Salud y del Dulce Nombre entre costaleros nunca se verá en los de hermanos de carga. Porque alli vamos, nos colocamos en una fila, los de siempre se saludan con los de siempre y cargamos un paso a como venga, es decir, sin preparacion previa.

    La segunda, y la que me parece muy curiosa (a pesar de que se me ha ocurrido al escribir) es hacer ensayos abiertos. Es decir, juntar a gente de varias cofradias, y ensayar con un paso. Ya sé que no pesa lo mismo el paso de la Oracion del Huerto que el paso de María Corredentora, pero estos ensayos abiertos fomentaria el conocer a gente de otras cofradias, aprender a llevas pasos diferentes, y, lo que me parece lo mejor, suple la carencia de los ensayos con camaderia.

    No sé, pero seria muy dificil que sucediera una de estas cosas

  3. No estoy de acuerdo en absoluto con la afirmación de que el compañerismo entre costaleros nunca se verá en los hermanos de carga. Se ve y en algunos casos desde hace muchísimos años.

    Otra cosa es que las cuadrillas de costaleros sea algo generalizado y en los hermanos de carga haya que buscar ejemplos más concretos de pasos o de turnos que ya se conocen. Esa es la diferencia, y por supuesto a mí me gustaría que fuera algo generalizado.

    Pero no es cierto que no ocurra.

    Saludos.

  4. Pedro, la cuestión es que lo único viable sería, como bien propones, adoptar una fórmula reducida de dos o tres sesiones al año, o solo en determinados pasos. Eso por supuesto sería un gran punto de partida, y sin duda una mejora enorme respecto a la situación actual. Pero no cumple con la premisa inicial, que imaginaba una hipotética equidad entre la dedicación de las bandas (varios ensayos a la semana, muchas semanas al año) con la de otros coelctivos de la Semana Santa. Eso es del todo punto inviable, en mi opinión.

    Sobre la celebración de ensayos somos muchos hermanos los que estamos de acuerdo, pero supongo que habrá muchos otros hermanos, u otros estamentos, que no le den tanta importancia como nosotros. La idea de los ensayos abiertos que propone Carlos me parece muy interesante, por ejemplo. Pero, ¿quién organiza esto? ¿quién da el paso? ¿deben proponerlo los hermanos a sus cofradias o a sus jefes de paso? ¿deben ser las cofradías quienes se preocupen?…

    Saludos.

  5. Deberia ser la Union de Cofradías en todo el caso el que se encargue de gestionar la cesion de unas andas por parte de una cofradia. Aunque en ultima instancia siempre pueden recurrir varios cofrades de una misma cofradia a pedir la cesion de unas andas a una cofradia y organizar ellos un ensayo abierto. Pero creo que esto debería ser más oficial

  6. Es cierto, Jose, que no es el mismo grado de compromiso, pero también sabes que hay que vencer unas inercias muy fuertes. Me parece que esa década oscura que tú conoces bien ha marcado nuestra Semana Santa muy fuertemente, para bien y para mal.

    Pero me reitero en que si se trabaja en esa dirección es cuestión de tiempo. Y creo que nuestra Semana Santa ganaría extraordinariamente. Y también opino que sería más bien un asunto de las cofradías (de hecho ya lo es).

  7. Como ya he comentado en otras ocasiones, una de las soluciones para todo esto es incentivar que exista un incremento de hermanos. Si se da a conocer la amistad y el compañerismo que existe dentro de las cofradías, que no son círculos cerrados, y darlas a conocer, podría inscribirse más gente, así como facilitar dicha inscripción. También creo que los nuevos barrios son una fuente de cofrades potenciales. Todo ello favorecería que, al haber más material humano, las cofradías pudieran mejorar su organización en todos los sentidos, en este caso, en lo referente a los ensayos de hermanos de carga.
    (Roberto)

  8. Gracias Roberto. Contar con más hermanos es la base de todo, aunque a veces sí que tengo la sensación de que las cofradías hacemos un poco las cosas “para nosotros”. Echo en falta por ejemplo que se publiquen más álbumes de fotos con las connivencias, los traslados, las reuniones y demás eventos de este tipo que no entran en la categoría de “actos oficiales”. Creo que no enseñamos ni vendemos suficientemente bien lo que hacemos. Y técnicamente no creo que usar herramientas como los álbumes de Facebook, Flickr o los canales de Youtube sea excesivamente complicado (que esa excusa también la he escuchado más de una vez).

  9. La verdad es que un ensayo de carga, sin más, no me parece lo suficientemente atractivo para dejar otras actividades más interesantes y acudir a darle vueltas a una plazuela con unas parigüelas con unas vigas encima como lastre. Quizás también sea porque nuestra forma de cargar sea sencilla a la vez que muy elegante. Ahora, si a esto se le añadieran otras actividades alternativas como desyunos o meriendas de hermandad, convivencias, talleres cofrades, concursos…; a lo mejor, se crearía un vínculo afectivo entre los participantes que les llevaría a asistir a los ensayos y otros actos con asiduidad. Llevo pocos años siendo miembro de una cuadrilla de costaleros, y encima de fuera de Cáceres, y tengo mucha más relación con ellos que con otros hermanos con los que llevo cargando al hombro más de 25 años. Es verdad que si cuento las horas de ensayos, cultos, actos de confraternización, procesiones devocionales y de «glorias», pues resulta que en esos pocos años he compartido más tiempo con los costaleros que en casi 40 con mis hermanos del Nazareno. Es una cuestión de organización, donde es clave tener una casa de hermandad, pero abierta, no que sea solo una sede administrativa o un refugio de directivos e íntimos. Allí se pueden organizar muchas actividades interesantes, desde un taller, pasando por una exposición o un cocido de hermandad. Si, además, la cofradía tiene capilla propia, como dice don Joaquín Dubé, que algo sabrá de cofradías, digo yo; pues la independencia completa para ensayar y para programar todo tipo de actos, hasta litúrgicos ¡Anda que no nos queda que aprender de lo que es una hermandad! Pero si cuando miramos al sur solo es para criticarles, sin conocer sus cofradías y hermandades ni por encima, pues mal vamos y peor acabaremos. Paz y bien,

  10. Pues como la actitud y la dedicación de los hermanos de carga fuera la misma que tuvo la Banda Municipal de Cáceres, «Los Gorriatos», en la Semana Santa de Cáceres en el 2013; en el 2014 no salía ni un paso cargado a hombros.

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