En alguna ocasión recientemente me he topado con situaciones en las que una cofradía se ha visto obligada a no sacar en procesión algún elemento habitual (insignias, estandartes, faroles de acompañamiento) por no disponer de ningún hermano ese día que accediese a llevarlo.
Confieso que uno a veces se pierde entre la profusa simbología y el protocolo que implica una acción en apariencia tan simple como poner una cofradía en la calle, pero el ejemplo anterior me lleva a hacerme algunas preguntas, todas además argumentables desde puntos de vista opuestos.
¿Es lícito reclamar a un hermano (de carga o de escolta) que abandone su puesto para portar alguna insignia? A los hermanos de escolta, considerando su estatus de especie protegida, parece que debemos cuidarlos lo máximo posible y quizá no proceda tensar la cuerda con estas cuestiones. Los hermanos de carga ya ponemos el grito en el cielo cuando nos invitan a cambiar de paso… como para plantearse encima dedicar la procesión a una actividad distinta. No creo, en definitiva, que podamos contar con la voluntad del cofrade para desfacer este entuerto.
¿Es lícito que una cofradía tenga que dejar algún elemento en el templo porque ningún hermano quisiera prestarse a sacarlo? Reconociendo que todos tienen su significado, parece inevitable asumir que no todos son igual de importantes, y quizá la solución dependa del elemento concreto en cuestión.
¿Pensáis que debe predominar la insignia o el protocolo antes que la presencia del hermano como tal? Por culpa de la carestía de capuchones, algunos tramos de procesiones son meras sucesiones de estandarte o insignias una detrás de otra. ¿Tendría sentido un desfile de insignias sin hermanos en medio? ¿Tendría sentido un desfile de hermanos sin insignias? ¿Qué hace falta para sacar una cofradía a la calle? ¿Basta con un paso y una cruz de guía, o se debe aspirar a algo más para que todo esto que hacemos tenga sentido?
Reconozco que yo sería el primero en poner el grito en el cielo si me sugirieran amablemente cambiar de paso o de actividad. Pero si se piensa fríamente, debemos entender que debe primar el éxito del desfile, con todos los emblemas que tienen su sentido, además de entender que unos pocos que se han tomado las molestias de tenerlo todo a punto para que luego se queden algunas en tierra. Eso sí, habría que analizar aparte a esos niños a los que les endosan extintores que pesan casi más que las mochilas escolares.
Creo que, como se apunta en el artículo, el problema es la falta de hermanos de escolta (casi una «especie en extinción), por eso se ven estandartes portados por un capuchón sin ningún acompañamiento, o a lo sumo, dos niños al lado. El escaso número de capuchones da lugar a procesiones ciertamente deslucidas por falta del cortejo o acompañamiento de los pasos. Las directivas se tienen que plantear seriamente el fomento de los hermanos de escolta, aunque es verdad que los hermanos tienen derecho a participar de la forma que quieran; pero, por ejemplo, la proliferación de pasos infantiles ha venido a restar todavía más las ya exíguas filas de capuchones. También los hermanos de carga se tienen que dar cuenta que cuando no cargan su labor fundamental es ser hermanos de escolta.
En verdad la carestía de hermanos de escolta es un problema recurrente, pero en este debate yo voy un paso más allá: la realidad es que las cofradías cuenta -contaban en esos momentos, en los ejemplos que menciono- con hermanos más que suficientes tanto para sacar los pasos como para sacar todos los elementos restantes.
Buenas tardes. Interesante debate, por unos momentos me he desplazado en el tiempo a la Cuaresma.
Bien, entrando en materia: puedo decir que he sufrido en mis carnes, como creo que todos los que de momento hemos dado el paso de escribir comentarios, lo que en el mismo se cita: ser, si se me permite la expresión «hermano comodín», que lo mismo vale para un roto que para un descosido, y en algún caso me han cogido para portar faroles de acompañamiento, como para ir detrás de un farol de acompañamiento, portar estandartes, y el clásico rotapasos. En ese sentido, estoy de acuerdo en que sienta muy pero que muy mal el hecho que te quiten de un puesto para cubrir otras vacantes en el cortejo, pero también es verdad que desde el momento que nos «revestimos con la túnica» (o traspasar el umbral de la puerta de entrada a la iglesia), estamos al servicio de lo que la Hermandad requiera de nosotros, por lo que ese tipo de situaciones, entiendo que se deben acatar, con humildad y sin discusiones.
Otra cuestión es la situación actual de los cortejos ante la falta de hermanos de escolta (me ha gustado la expresión de especie protegida), y la necesidad imperiosa de sacar a toda costa todos los enseres de una Hermandad: en ese aspecto, entiendo que las Juntas de Gobierno (o Directivas), deberían plantearse muy seriamente aquello de establecer un orden de prioridades en materia de insignias, porque ya no es únicamente el caso de que sean tramos de procesión una sucesión de insignias sin hermanos en medio, sino antes bien, en algunos casos, llega a ser hasta antiestético ver algunas hermandades en tanto en cuanto unos hermanos que portan insignias van a cara descubierta, otros con capuchón, otros con verduguillo, en otros casos, se da hasta la circunstancia que incluso un estandarte va portado por un hermano con capuchón, y los hermanos de acompañamiento va uno con verduguillo y otro a cara descubierta.
Y finalmente, a renglón seguido de lo anterior: la esencia de sacar insignias en una procesión, por lo menos en aquellos sitios en los que hay capuchones (o hermanos de escolta) para aburrir, está relacionada con la distinción por tramos de cortejo. Generalmente esto pasa en Sevilla porque no paga lo mismo el nazareno que va en el primer tramo de la Cofradía justo detrás de la Cruz de Guía, que el que va inmediatamente delante de los ciriales del paso, o el que va en el medio del cortejo. Siendo así las cosas, en Cáceres, nos falta un poco de criterio a la hora de sacar insignias y en muchas ocasiones se sacan porque hay que sacarlas, y ¿qué pasa finalmente?, lo que se ha puesto de manifiesto en la entrada.
Saludos estivales.
¿No decimos que Semana Santa es todo el año? Pues la Cuaresma también.
Acabo de descubrir tu blog, me encanta!! Enhorabuena!!
Escribo en este post ya que nada más leer tu afirmación de que las cofradias no han podido sacar imágenes o enseres me ha dado en el alma…
Solo tengo 22 años, y pertenezco a dos cofradías (Salud y Ramos) desde hace pocos meses…he vivido la semana santa desde pequeña, rodeada de mi familia y nuestros amigos, pero mi madre tomo la decisión de no hacerme cofrade hasta que yo fuera consciente de mi devoción y mi fe y sentir un verdadero sentimiento por unas imagenes o cafradías, a dia de hoy le doy gracias…
Hoy en día esta de moda decir a todo que no, o estar en contra de todo…nuestras tradiciones, nuestra cultura, incluso renegar de nuestras creencias por vergüenza a la opinión de los demás, es una pena que no cuidemos nuestras tradiciones.
Un saludo y gracias!
Un saludo y bienvenida Spangle ERC. Muchas gracias por tu comentario, aunque sea en un post de hace ya casi un año jejeje. Espero verte muchas más veces por aquí. Saludos.