Una de las cosas que más envidia me ha dado siempre del mundo del costal es que el capataz conozca personalmente, con nombres y apellidos, a cada una de las personas que lleva debajo del paso.
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http://fotoananfamen.blogspot.com.es/2012/10/domingo-de-ramos-2012-misericordia.html
Foto 12 de 30.
Cabeza del Paso de izquierda a derecha:
Primera fila: David, Ángel, Óscar y Jorge.
Segunda fila: Diego, Manolo, Manolo y José Ángel.
No veo muchas más caras, pero las que puedo distinguir te las digo:
José María, José María, Paco y Molano.
Y me aventuraría a decir otros nombres que seguro que hay en ese turno, aunque no los veo en la foto, como por ejemplo: Suso, Toño, Jabato, Eloy, José Antonio, Mauri, Miguel Ángel, Jesús, Alfredo… No sé si los conozco todos, pero sí puedo nombrarlos uno por uno al 90 por ciento. No es nada difícil si tenemos en cuenta que con muchos de ellos hay una relación no solo de un paso, sino de varios más a lo largo de la Semana Santa, y más de una y de dos cervezas en pleno verano donde se tercie.
Con esto quiero decir que no solo los capataces se saben los nombres de quienes llevan debajo. Conozco a varios jefes de paso que también controlan eso. Además, aquí tenemos que jugar con que los hermanos, en un cierto porcentaje, varían de un año a otro. Unos llegan y otros se van.
Saludos.
David R.
Hombre pero precisamente pero ese turno es el más fácil jejeje. Si te falta alguno te ayudo a completarlo yo.
A ver, he acudido al ejemplo del costal porque allí ocurre prácticamente siempre; podía haber dicho igualmente «Una de las cosas que más envidia me ha dado siempre del paso X es que el jefe de paso conozca personalmente, con nombres y apellidos, a cada una de las personas que lleva debajo», aún a riesgo de caer en agravios. No es mi idea contraponer una forma de carga a la otra.
La cuestión de fondo es que echo en falta esa cercanía y ese trato que se da en algunos pasos/turnos (o en el mundo de costal, valga el ejemplo) y en otros brilla por su ausencia. Que es difícil… por supuesto, pero si hay voluntad se pueden poner medios, cambiar procesos, hacer las cosas de otra forma, discutir sobre ello, etcétera. Creo que es algo que repercute de manera muy positiva en la labor que desarrollamos después durante la procesión, y quizás precisamente lo demando porque lo vivo en algunos sitios (procuro no dar nombres concretos, pero tú ya has puesto un buen ejemplo en positivo) y en otros pues ni se vive ni se espera.
Saludos.
Me he reconocido en una de ellas, en la que solo se ve el cabezón y mis malos pelos. Pero en general, siempre va a haber mejor trato en el costal porque necesariamente se comparte trabajo y tiempo personal con ellos, pero no hay que irse muy lejos para saber que hay mayordomos que se saben tu nombre y se acercan a saludarte; y hay jefes de paso que por muchos años que coincida con ellos, nunca se van a aprender tu nombre ni van a querer trato contigo.
De todo hay en la viña del Señor
Es a lo que me refería, a que hay de todo en la viña del Señor. No he querido tampoco ponerme como modelo, ya que por ejemplo el maestro Galiche controla ese tema mucho más. Y otros jefes de paso también lo hacen. Pero discrepo con Jose en que sea difícil: aunque sólo sea a fuerza de ver las mismas caras y los nombres en los listados de hermanos, se termina por aprender un gran número de nombres y, si a eso le unes un saludo por la calle, un trato más o menos continuado en la medida es que se pueda, al final resulta fácil. Sólo hay que estar un poquito conectado a la Semana Santa durante el resto del año, y no pensar que la cofradía existe sólo en la procesión. Eso no exige gran esfuerzo, en mi opinión, aunque es verdad que a muchos parece que les cuesta un mundo.
Saludos. David R.
Si al final estamos de acuerdo David; ahí en esa última frase se resume bastante bien lo que venía yo a decir.