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10 cosas que debes tener en cuenta si quieres ser hermano de carga:

Sé puntual: pon un poco de tu parte, es una vez al año. Llegar veinte minutos antes de la salida es un síntoma de que esto te importa muy poco, como para pretender que luego alguien te tome en serio.
Sé honesto: si vas colgado y no dices nada ¿dónde está la gracia entonces? Eres sencillamente un mal compañero. Y si vas demasiado mal, jamás vas a ser capaz de optimizar tu esfuerzo durante todo el recorrido; acabarás perjudicando igualmente al grupo aparte de poner en peligro tu salud.
Respeta al jefe de paso: el jefe de paso es humano y se equivoca, como nosotros. Aun así, existen muchas posibilidades de que conozca el oficio mejor que tú. Obedecerle es la única forma práctica de conseguir que el paso camine.
Vigila tus pies: en el momento de bajar el paso coloca la horquilla en el suelo y después acomódala en el varal. Si lo haces al revés te arriesgas a practicar un bonito agujero en tu túnica, o lo que es peor, en tu zapato.
Vigila tu cabeza: si no conoces bien el paso, procura tantear el interior o echar una miradita antes de meterse por dentro. No solo te puedes dar un coscorrón con algún travesaño sino también con toda suerte de objetos punzantes que apuntan como estoques hacia el suelo.
Ahórranos tus silbidos: en serio, todos nos sabemos de memoria Macarena o La Madrugá, no vas a demostrar nada tarareándolas. Y además es probable que molestes a tus compañeros, que quieren disfrutar de la banda.
Sujeta la horquilla: por sorprendente que parezca, la punta de la horquilla no tiene suficiente superficie para sostenerla por sí sola. El ruido que hace una horquilla al caerse viene a ser la onomatopeya del escarnio.
Aprende a estar callado: debajo del paso se producen ecos, el sonido rebota y se distorsiona. No hay espacio. Ya se escuchan suficientemente mal las órdenes de afuera como para empeorar todavía más la calidad acústica.
Usa la lógica: si hay que bajar el paso a los brazos, nunca dejes la horquilla dentro. Es un problema. Si quieres hacer la procesión en el interior del paso, asegúrate de conocer el recorrido, decírselo al jefe de paso y salir por patas antes de pasar cables y maniobras de bajada. Si ves que todo el mundo se da la vuelta hacia un lado, no te la des tú hacia el contrario.
Infórmate: el oficio de la carga no tiene escuelas ni manual de instrucciones, pero siempre puedes leer artículos en blogs interesantes, como éste: De aseos y urinarios en el camino.