Allá en el fondo se ve
unas luces avanzar,
como un río de cirios.
Se ve el incienso subir
en la noche sutil
de azahares y lirios.
Cuando llegan los pasos
en filigranas de movimientos,
el compás de las olas
los cargaores llevan por dentro,
y el capataz mandando delante el paso,
con ese estilo nuestro y con ese garbo,
y las horquillas suenan toas a compás,
pero que pena me da
que nuestra tradición
se la quieran cargar.
Cada pueblo tiene sus pasiones,
su manera y su estilo
cuando sacan sus procesiones;
pa nosotros son los cargaores
los que meten el hombro,
el costalero su riñón.
Que nunca se pierdan esas levantás
que llegaban al cielo
y esas recogías al amanecer,
los hombros sangrantes de los cargaores
y con el orgullo de cumplir el deber.
Cargaor de Cádiz, por eso te pido
no cambies de estilo,
no tragues chiquillo,
que aquí hay que morir hoy contigo.
P. Romero (1994)