A veces me da por pensar que los cargos de jefe de paso se dan y se quitan en las cofradías no pensando en el correcto desempeño y porvenir de la labor, sino más en el protocolo, en el homenaje o en cómo ubicar a algún hermano con quien no se sabe muy bien qué hacer. Por fortuna, ¡válgame Dios!, la realidad me devuelve pronto a la senda correcta y me doy cuenta de que son obtusas imaginaciones mías.
En cualquier caso, sí aprovecharé la ocasión para dejar caer otras reflexiones que me asaltan hace tiempo. Tengo la impresión de que desde las cofradías no se le da a la figura del jefe de paso la importancia que debería. Y hablo de importancia en términos de exigencias y de responsabilidades claras.
El jefe de paso tiene, en muchos aspectos, competencias de mayor calado que muchos directivos, y no puede reducirse a ser una figura decorativa que se presente en la procesión y hasta el año que viene. El jefe de paso debe tener constantemente un componente didáctico, y no solo con los hermanos de menos de 30 años. El jefe de paso debiera controlar estrechamente la estadística de saludos al público por minuto, porque lo contrario da una imagen chabacana, despreocupada y cutre. El jefe de paso ha de tener galones, y a ser posible que se los haga ganado él mismo tanto dentro como fuera del escenario procesional.Un jefe de paso no puede estar por encima del bien y del mal. ¿Cómo se concibe un jefe de paso que no se ha preocupado de la decoración, arreglos o novedades de su paso, ni conoce los incidentes o los pormenores que éste ha sufrido durante el año? ¿Cómo se concibe un jefe de paso que piensa que tiene un puñado de hombres a su servicio en vez de pensar en servir a un puñado de hombres?
Apostaría a que todos conocemos más de uno y más de dos ejemplos, presentes y pasados, de algunas de las circunstancias que menciono. Y si esto es vox populi a pie de varal, imagino que no será muy complicado encontrarlo o ponerlo también en conocimiento de las juntas directivas. Por tanto, aquí la pregunta es: Si las cofradías tienen conocimiento de esto, ¿por qué no se pone remedio? Conservadurismo, no querer meterse en líos, miedo al qué dirán, miedo a los apellidos… no sé, podríamos dar múltiples y variadas respuestas para dejar el debate abierto; seguro que al avezado lector se le ocurren muchas otras posibilidades.
Muy buena la reflexión amigo cofrade.
Realmente pienso igual que tú, y algunas cofradías se preocupan de que la labor del Jefe de Paso no se reduzca únicamente a lo que dices, a llegar con la túnica bajo el brazo el día de la procesión, y hasta el año que viene, no, hay cofradías que de hecho los incluyen en sus Juntas de Gobierno y mantienen un estrecho control de todo cuanto dicen o hacen.
Como siempre, das en la llaga de muchas cosas.