Detrás de la foto y los santos lugares,
detrás de un montante de tantos millones,
detrás de los críticos y autoridades,
y de esos que tanto saben de nuestras tradiciones.
Detrás de tantos siglos
de piedra y de cultura,
detrás del periodismo, y de la literatura.
Detrás del alcalde y del concejal,
De los campanarios, del museo y los laicos,
de la tele y la radio.
Detrás de los blogs y de la libertad,
de tantas menciones, de tantos honores y tanto centenario.
No se ve,
pero se hace presente a través de sudores.
No se ve,
la terrible labor y la dedicación de todos esos hombres.
Detrás de tanta flor,
en otro escalafón, donan su corazón
esos que toa su vida ponen patas arriba.
Letrado y panadero,
el peón y el banquero,
pintor y electricista.
Detrás del antifaz,
usted descubrirá
que hay todo un mundo debajo:
tantísimos cacereños,
haciendo milagros y poniendo empeño.
No sea tan listo, que usted no ha visto,
usted no ha visto a los hombres llorando.
En otra ocasión me habría salido la vena poética, pero hoy solo puedo decirte: ¡ahí tus huevos!
gracias por tu comentario, aunque lo que hay no son huevos sino corazón, que son vísceras, al fin y al cabo. ¿De dónde nace la pasión si no es de las vísceras?