¡Pobre tierra de caínes! Hundimos un puñal en nuestra Semana Santa cada vez que anteponemos el quién sobre el qué. Puñal forjado en desconfianza, y agujeros por donde se escapa la grandeza en la que no queremos creer.
¡Pobre tierra de caínes! Hundimos un puñal en nuestra Semana Santa cada vez que anteponemos el quién sobre el qué. Puñal forjado en desconfianza, y agujeros por donde se escapa la grandeza en la que no queremos creer.