La calle, de las cofradías.
El éxito, de la ciudad.
El olvido, de los anónimos.
Pero, sin anónimos,
ni calle,
ni ciudad,
ni éxito,
ni cofradías.
La calle, de las cofradías.
El éxito, de la ciudad.
El olvido, de los anónimos.
Pero, sin anónimos,
ni calle,
ni ciudad,
ni éxito,
ni cofradías.